lunes, 25 de octubre de 2010

Tell me... Where are u?

Oscuro. Color chocolate. Nunca me hizo demasiada gracia lo claro, aunque no lo rechazo.

- No sé exactamente como definirlo, la verdad. No sé si es la caída de su pelo, la forma de sus labios, la profundidad de sus ojos, su sonrisa, sus manos, su cuerpo, o su pasión, su simpatía, su risa, su pensamiento, su forma de hacer las cosas... Pero es lo que quiero.

- He aquí la pregunta importante: ¿Estás listo?

- ¿Listo para qué?

- No estás listo.

- ¿Para qué cojones tengo que estar listo? Déja de marearme.

- Lo sabrás en su momento. Cuando llega, lo notas.

- Pero... Yo lo necesito. Es esperanza.

- ¿Esperanza? ¿En qué?

- En no volver a defraudarme.

- ¿La necesitas por tí?

- Es egoísta, pero es bueno para ambos.

- Explícate.

- Yo necesito saber si me cansaré.

- Entonces, no es bueno para ambos. Si te cansas, ella sale perjudicada.

- Entonces, no era la elegida.

- Pero haces daño... ¿Nunca te paras a pensar eso?

- ¿Nunca? Estoy hasta los cojones de pensar en la gente. Quiero ser egoísta una vez. Quiero hacer algo por mí, al menos una vez en mi vida. No vengas a joderme ahora con esas.

- Tengo poco que decirte entonces, parece que ya has tomado la decisión.

- Más o menos. ¿Quieres saber como?

- Soy tú, imbécil. ¿Qué me vas a contar nuevo, que ya no sepa?

- Buena respuesta. ¿Cómo sería?

- Te acabo de decir que ya lo sé, y tú también, ya que somos la misma persona, pero distinto pensamiento.

- Por eso quiero saberlo.

- Lo único que tiene en común conmigo, es que ruge...

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